Hoy adopté a mi segundo perro (4/?)



Hoy adopté a mi segundo perro - Capítulo 4 - "Rehabilitación"
de Marco Antonio Regil (Octubre 2010)


Amanecimos los 3 en la cama, calientitos y felices. Pensé lo diferente que había sido esta noche para Yogi. Sonreí al verlo pegadito junto a mi. Casi no se movió. Solo se cambió de lado pero nunca dejó de tocar mi brazo o mi espalda. Lucy hizo lo mismo pero en mis piernas.


En cuanto abrí los ojos los dos reaccionaron como si tuvieran un detector que les indicara “mi intención” de levantarme. Me empezaron a lamer y les hice fiestas que celebraron moviendo la cola, la cabeza y pegándose más a mi. Dije “Let’s go” y Lucy sabe que eso significa desayuno y salir a caminar asi que brincó de la cama y Yogi la siguió.

Ningún accidente. Perfecto, Yogi debe estar entrenado para hacer “lo suyo” afuera. Les preparé el desayuno: 2 tazas de una mezcla de vegetales orgánicos deshidratados que al agregarle agua caliente “crecen”, una mezcla de lentejas cocinadas en casa y un poco de pescado crudo por aquello de que los perros necesitan proteina animal. Desde que Lucy come vegetales y muchas frutas en lugar de los tipicos premios caninos, el color y brillo de su pelo es impresionante y todos la confunden con un cachorro a pesar de que tiene 6 años. No cabe duda que hasta en los animales, la alimentación adecuada da resultados y Lucy, ahora 80% vegetariana, es un ejemplo de esto.

Lucy comió tranquila y Yogi devoró el plato como si alguien se lo fuera a quitar. Ya listos para salir les puse sus collares y fuí a al cuarto para buscar una chamarra pues hacia frio. Olvidé que era viernes y Blanca, una señora Salvadoreña a quien estimo mucho y viene una vez a las semana a limpiar el condominio, abrió la puerta y escuché como Yogi corrió tropezándose. Blanca dijo: “¿Y este quién es?” Y antes de que pudiera detenerla, intento hacerle cariños a el negrito, este inmediatamente se hizo del baño. Del uno y del dos!. Noté que Blanca tenía una escoba en la mano con la que habia entrado. Obviamente Yogi al verla acercarse con un palo en la mano, recordó algún episodio de violencia y fue un desastre pues no solo se hizo, sino que corrió asustado ensuciando toda la sala!

“Deje esa escoba” le dije y le expliqué que Yogi acababa de llegar del albergue y seguramente antes alguien lo habia golpeado. En ese momento fue muy claro que Yogi requeriria una rehabilitación mas profunda de lo que yo había pensado.

Limpiamos y sacamos el tapete que cubre el piso para que con ayuda de las personas que limpian el edificio el enorme tapete pudiera ser lavado y secado al sol. Menos mal que no tengo alfombra pues el resto de la superficie era piso y limpiar fue fácil.

Hablé por teléfono con el entrenador de Lucy. Su nombre es Silvano. Su origen es Brasileiro y es un hombre que ama a los animales profundamente y los entrena con estimulos positivos. Cada vez que viajo a México para grabar programas de televisión, Lucy se queda con Silvano y un grupo de perros muy grande entre los cuales viven un promedio de 25 peludos rescatados. Silvano y su socia rescatan a los perros que normalmente la gente no adopta. Mestizos, atropellados, ciegos, viejos, o con problemas de caracter y los rehabilita. Muchos de ellos encuentran hogar rapidamente y otros se quedan a vivir en el grupo por meses. La residente mas antigua se llama Emily y lleva mas de un año en espera de un hogar permanente. Lucy y Emly no hubieran sido la pareja perfecta pero alguna vez considere adoptarla pero no funcionó.

Cuando Silvano escuchó la historia de Yogi, me pidió verlo para una evaluación y me dijo: “Cuando estés con él no lo consientas. Los chiqueos te hacen ver débil ante sus ojos. Es un animal, no un ser humano. Necesita de tu energia segura y firme, aunque paciente y compasiva, para saber que tu lo vas a protejer y no tiene nada de que preocuparse. Si lo chiqueas y lo mimas el perro leerá en ti una energía débil y creerá que el tiene que protejerte a ti”. Era necesario llevarlo primero al veterinario para verificar que estuviera sano y hacerle examenes de sangre, asi que antes de hacerlo decidí salir a caminar con él.

Paseamos por más de una hora escuchando el mar y disfrutando el sol de Santa Monica y noté como Yogi no toleraba que nadie caminara atrás de nosotros. Se volteaba y corría de un lado a otro con la cola entre las patas. El sonido de los autos tambien lo asustaba. Era obvio que Yogi en su vida como “Shadow” nunca tuvo a un dueño que lo sacara regularmente y pensé en los miles y miles de perros que viven encadenados en el patio o jardin, sin la atención adecuada. Los perros necesitan caminar, jugar, hacer ejercicio, sentirse útiles en la familia. Pero nos falta mucha cultura al respecto.

Yogi fué evaluado por Silvano quien diagnosticó un abuso y una urgente rehabilitación de por lo menos un mes. Se mostró molesto y triste al ver lo que “alguien” habia hecho con el negrito. “Le hicieron pedazos su autoestima y su seguridad”, comentó con sus ojos puestos en Yogi. “Yo sé que no te va a gustar lo que tengo que decirte, pero lo mejor para Yogi es quedarse aquí por varias semanas”. ¿Cómo? Lo último que quiero hacer es separarme de el y “dejarlo” en otro lugar después de que lo abandonaron en el albergue. Va a creer que yo tambien lo dejé! Me dió mucha tristeza pensar que tendria que pasar por este proceso lejos de su nueva casa.

Silvano me explicó: “Lo que Yogi necesita es estar en un grupo de perros estables y seguros que lo enseñen a ser un perro de nuevo. Lucy es excelente, pero no es el mejor modelo. Además aquí estará rodeado de mucha gente que los cuida. Hay mas de 20 empleados y Yogi tendrá que volver a confiar en los seres humanos para recibir su comida y salir a hacer ejercicio. Yo trabajaré con él y puedes venir a visitarlo, jugar con el y te enseñaré a caminar con él y como manejar sus miedos. Tenemos que rehabilitar a Yogi pero a tí, te tengo que entrenar”.

Dos noches después, una vez que los resultados de el examen de sangre me fueron entregados y verificamos que Yogi venía sano, lo llevé con Silvano y entro a su rehabilitación. Me dolió mucho dejarlo, pero se que es una separación temporal por su propio bien.
Esa noche al regresar a casa lo extrañé mucho y tal vez Lucy también. Por lo menos yo, me dormí pensando en él.

Continuará...




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