Después de los regalos, toca reciclar.



Durante todo el año, y especialmente en fechas señaladas como las fiestas navideñas, casi todos corremos a las calles a comprar, pero ¿qué pasa después de abrir los regalos? Moños, papeles, cajas y bolsas, terminan en su mayoría en la basura.

Es por esto que te tenemos una una serie de alternativas para celebrar estas fiestas de un modo más sostenible.

Los envases y embalajes son un problema serio para el medio ambiente. Un 40% de la basura doméstica son residuos orgánicos, del resto, un 80% lo constituyen envases. Este porcentaje crece sin cesar y se dispara en Navidad. Para fabricarlos se destruyen recursos naturales, se contamina el agua y la atmósfera. Tanto en su fabricación como en su reciclaje se consumen grandes cantidades de energía y cuando se convierten en residuos tienen un notable impacto ambiental, tanto si se depositan en vertederos como, sobre todo, si se incineran.

¿Qué puedes hacer?

- Comprar el contenido y no el envase. Muchas veces se paga más por los envoltorios que se tiran directamente a la basura que por el contenido.
- Al recibir regalos, no tires el papel, cajas, bolsas y/o moños, la mayoría queda en buen estado y se pueden guardar para otras ocasiones.
- Reciclar un regalo que ya se tenga en casa.
Seamos honestos, a veces damos regalos "por compromiso, por quedar bien", quizá tengas algo en casa que nunca has usado y puedas darle a alguien más.
- Crea tarjetas recicladas
Nos gusta imaginar que las personas en nuestra lista de tarjetas navideñas atesorarán sus tarjetas para siempre, pero la realidad es que la mayoría de las tarjetas terminan siendo recicladas o, peor, en la basura. Crear tus propias tarjetas con materiales reutilizados disminuye los desechos y añade un toque personal. De manera alternativa, utiliza tarjetas electrónicas para reducir tanto los desechos como la contaminación.

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