Pronto moriría, pero logró resistir hasta la boda de su dueña.


 Kelly O’Connell y Charlie


Tiempo atrás, Kelly O’Connell trabajaba en un refugio de animales, al cual un día llegó un perro labrador de color negro de tan solo 12 semanas de vida, al que llamaron Charlie. El pequeño fue encontrado abandonado en un carrito de compras. En esos momentos, Kelly no quería un perro, pero… “Llegó y lo vi, y fue como… sí, me lo llevo a casa,” comentó O'Connell.

Años después, Kelly conoció a James Garvin y se enamoraron. Ambos son veterinarios y se casaron en septiembre pasado. Los dos querían que Charlie, que ya tenía 15 años, estuviera ahí. Por desgracia Charlie había sido diagnosticado con un tumor cerebral ese mismo año, y estaba muy débil. La semana antes de la boda tuvo 5 ataques, y Kelly estaba preparándose para dormirlo.

Curiosamente, como si se tratara de un milagro, la semana de la boda Charlie dejó de tener ataques. “Parecía un perro nuevo,” dijo Kelly, incluso logró asistir a la boda, aunque más tarde hubo de ser llevado en brazos por la hermana de Kelly. 

El momento fue muy emotivo y mucha gente lloró. “James y yo lo abrazamos y le dijimos ‘lo conseguiste amigo, lo conseguiste’,” comentó Kelly y añadió que Charlie había aguantado esos últimos días por ella, “Creo que estaba muy feliz de estar ahí”

Poco más tarde, el 9 de Septiembre, Charlie fue sacrificado. Murió en paz, frente a la chimenea de su casa y rodeado de su querida familia. “Han sido 15 años fenomenales. Eso seguro,” dijo Kelly.










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