TRUFO y VANIA





"A Trufo lo rescatamos de bebé en una barranca, tendría 2 o 3 meses y era una belleza, pero creció y creció y creció... por su tamaño y juventud, no era tan fácil que nos lo adoptaran pero tuvimos la enorme fortuna de toparnos con Francisco y Abril quienes desde un principio, por foto y SIN concerlo en perro, dijeron que le ofrecían una familia en Jojutla, Mor. Pero eso no era todo, querían DOS perritos y escogieron también a Vania, a ella la encontramos amarrada en un poste, prácticamente en los huesos y aterrorizada.

Desde nuestro primer contacto Francisco, se mostró MUY responsable e interesado, nos pidió que los entregáramos en dos meses para tener su casa lista para ellos y así lo hicimos. A pesar del esfuerzo que significó para él hacer la visita en el albergue que pedimos siempre como requisito, lo hizo sin chistar. Cuando conoció a nuestros hijos no cambió de opinión. ¡Sería el papá de Vania y Trufo! A partir de ese momento y de manera semanal nos escribía de los avances en su casa para recibir a los nuevos integrantes de la familia. Esperábamos con ansias locas sus correos porque sabríamos que siempre estaban llenos de ternura, de compromiso y de detalles lindisimos que leíamos una y otra vez. En lo personal solamente he escuchado hablar así a una madre humana gestante en espera de su bebé.

Llegó finalmente el día y nos dirigimos a Jojutla para llevar a los perritos. En verdad fué una reunión muy emotiva, todo era aromonía en el ambiente y hoy nuestos adorados Trufo y Vania, tienen una familia, un gran jardín y los adoran. Eso es lo que queremos para TODOS nuestros perros."




Fuente:
Presencia Animal
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