Feliz Navidad, Falcor



Muy probablemente a esta historia le falten varios detalles, pero se las contaré como yo la viví.


Hace un tiempo, mi hermano y cuñada montaron una cafetería (todavía la tienen, solo que ya en otro lugar). Un día que yo los acompañaba, salimos a comprar unos churros de la nueva churrería que recién estaban casi inaugurando, cuando salimos de ella vimos a un perrito de la calle y no pude evitar darle un pedacito. Si bien el canijo peludo ni se lo comió, comenzó a seguirnos. Regresamos a la cafetería y el peludo nos acompañó.

Al poco rato nos tuvimos que ir porque había que recoger a nuestro Güero en la veterinaria.

Recuerdo que nos subimos al coche y este perrito que recién comenzábamos a conocer nos quería seguir. Ya dentro del coche, nos brincaba como diciéndonos "¿No me van a llevar? =(". La verdad sentí muy feo, más cuando el coche comenzó a andar y al voltear, veía al peludo siguiéndonos, era como de caricatura, cuando sale que abandonan al perrito en el bosque lanzándole un hueso y éste al darse cuenta, corre tras el coche u.u.

Yo hubiera querido treparlo al coche y adoptarlo, pero no podía. Con trabajo, en casa aceptaron a otro inquilino peludo que supuestamente estaba de manera temporal, pero como nadie se interesó en adoptarlo, terminó quedándose en casa. Si llegaba con otro y de semejante tamaño (porque es un poquito más pequeño que un labrador), me corren a mí y de paso a mis peludos =/.

Total, pasaron los días y mi hermano me comentó que este pequeño peludo, regresó a la cafetería. Poco a poco se fueron dando cuenta que esa, era la "zona" del pequeño peludo, porque varias personas de por ahí lo conocían y lo procuraban, era como el perrito de todos y a la vez de nadie.

Como ya era un visitante asiduo de la cafetería, le pusieron "Falcor", por aquello de que se parece al dragón peludo de "La historia sin fin".




Yo ya no volví a ver a Falcor durante esas épocas, todo lo que sabía sobre él y que forma parte de esta historia, fue gracias a lo que mi hermano y cuñada me contaban.

Prácticamente diario, Falcor visitaba la cafetería y ellos le ofrecían agua y croquetas, a veces llegaba todo mojado cuando era época de lluvias u.u, a veces se metía a la cafetería y tenían que sacarlo arrastrándolo porque el canijo no quería =P, y cuando dormía la siesta, no había poder humano que lo despertara, se perdía en su sueño.

Un día, entró una nueva chica a trabajar a la cafetería, vagamente recuerdo que me comentaron que no le gustaban mucho los perros, pero no estoy del todo segura. El caso es que esta chica comenzó a encariñarse con él y cada que visitaba la cafetería lo apachaba y le llevaba sus premios ^^. Falcor como en una especie de agradecimiento, la acompañaba todas las noches después de salir de la cafetería, hasta su casa. En ocasiones un plato de croquetas le esperaba, comía y se iba.


 

Pasaron los meses y se comenzó a buscar adoptantes para Falcor, un chico se interesó y se lo llevó a su casa,  le compró comida y una camita ^^, todo parecía perfecto. Pero una mañana, este chico abrió la puerta para sacar su coche y Falcor salió disparado, no se asusten, no se perdió ni nada, simplemente regresó a su "zona". Este chico llegó a la conclusión de que Falcor era más feliz en la calle, así que lo dejó.

Haciendo un breve paréntesis en la historia, aquellos que adoptan animalitos, especialmente quienes los recogen directamente de la calle, es un tanto "normal" que si ven la oportunidad de salir, lo hagan. Se puede decir que de algún modo los perritos son felices en la calle puesto que exploran todo lo que hay a su alrededor, pero recuerden que hay muchos peligros para ellos, por eso hay que cuidarlos. En este caso, solo era cuestión de tiempo, para que el peludo se acoplara a su nueva vida y si lo sacaban diario a pasear, seguramente la adopción habría sido un éxito.

Pero bueno, bien dicen por ahí que "Las cosas pasan por algo", posiblemente este chico hubiera cuidado bien de Falcor,  pero Falcor, no habría sido tan feliz.

El caso es que el peludín regresó a las calles y a sus paseos diarios por la cafetería. Por ahí de octubre, la posibilidad de mudar la cafetería a un lugar ya mucho más retirado, era latente, y en noviembre se hizo oficial la mudanza. Sin embargo, nos preocupaba Falcor.

Era un perrito bien querido en la zona, vecinos le daban de comer, otros lo bañaban y tenía como mil nombres porque cada quien le llamaba como más le gustababa =P, pero ¿qué tal que los nuevos inquilinos del espacio que dejaba la cafetería, lo maltrataban?, ¿Y si Falcor sentía que lo abandonamos? ¿Qué sentiría ahora que ya no nos iba a ver?, pasaron mil pensamientos tristes por la mente.

Finalmente se hizo la mudanza... pero siempre quedaba la pregunta en el aire "¿Y Falcor?".

Semanas después de la reapertura de la cafetería, fuimos a buscarlo a la zona... no hubo éxito. Mi hermano y cuñada se extrañaron porque era raro no verlo por ahí. Al poco tiempo y gracias a lo positivo que ofrece Facebook, nos enteramos que la chica que había trabajado con ellos, lo tenía en su casa ya que lo encontró gravemente lastimado de un ojito.

Para no hacer más larga la historia, unos días después de enterarnos del estado de Falcor, fuimos a visitarlo, era la segunda vez que yo volvía a verlo. Fue muy bonito que cuando llegamos a casa de esta chica, Falcor saludó super efusivo a mi hermano y cuñada. Me cae que si los perritos pudieran hablar, él hubiera dicho: "Qué gusto verlos, los extrañé mucho ^^". Se sentía la emoción de Falcor en los soniditos que hacía, en el movimiento de su cola, en sus brinquitos.

Ese día que lo visitamos, ya estaba muy recuperado de su ojito y ayer 24, como una especie de regalo de Navidad, nos enteramos que esta chica, terminó adoptando a Falcor, o más bien, Falcor la adoptó a ella ^^.





¡ FELIZ NAVIDAD !
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