Hospital Veterinario de Especialidades en Fauna Silvestre y Etología Clínica (UNAM)




¿Tu perro destruye objetos, ladra mucho cuando te vas de casa, es agresivo o duerme intranquilo? ¿Tu gato orina fuera de su arenero o destruye los muebles?

¡Podría tener un problema grave de comportamiento! La Etología Clínica atiende problemas de conducta en especies; en la medicina humana es equiparable a la psiquiatría. La UNAM trata la salud mental de animales de compañía y, de paso, también la de sus dueños.

Hace 15 años, este hospital brindaba atención un día a la semana, actualmente tienen agenda llena hasta septiembre y atiende de 10 a 12 pacientes diarios. El centro se encarga de la salud física y mental de ejemplares de fauna silvestre, animales de compañía y mascotas exóticas. Por sus consultorios han pasado por igual perros, gatos, hurones, jerbos, loros y prácticamente cualquier especie que funja como mascota no convencional; también atienden caballos, animales de granja o que están en zoológicos y circos. 

Itzcóatl Maldonado, coordinador Académico y Administrativo de dicho hospital, explica que la Etología Clínica estudia y atiende los problemas de comportamiento en distintas especies; “de hecho en medicina humana es equiparable a la psiquiatría”, menciona. Maldonado comenta que los perros son los principales asistentes –hasta 96% del total– seguidos por gatos y otros animales domésticos. También plantea que los canes siempre han sido los pacientes con mayores problemas de comportamiento, entre los que destacan: orinar y defecar en lugares inapropiados; agresión a sus propietarios, a personas en general y a otros perros; fobias (a truenos, cohetes, etcétera); ansiedad por una separación, la cual involucra ladridos excesivos o llanto cuando el dueño no está, así como crisis de ansiedad que incitan al animal a romper objetos o morderlos. 




RELACIONES COMPLEJAS, ENFERMEDADES Y EMOCIONES 

La relación con un animal de compañía es mucho más compleja de lo que creemos. Maldonado comenta que, con mucha frecuencia, los conflictos ya mencionados se deben a una comunicación inadecuada, así como a no poner límites y normas claras desde que el animal es un cachorro. “En la gran mayoría de los casos hay un déficit de comunicación entre el propietario y el animal; no logran entenderse y las señales enviadas por ambos se malinterpretan”, explica. 

Por su parte, Alberto Tejeda, coordinador y Clínico de Especialidades del Hospital Veterinario de Especialidades de la UNAM, expone que la ansiedad en animales, además de considerarse un trastorno mental, tiene los mismos componentes neurofisiológicos que presentan las personas, “inclusive cuando se trabaja con medicamentos, se hace con psicofármacos para tratamiento humano". El especialista añade que los problemas son principalmente en perros adultos jóvenes –de año y medio o dos–, pues en animales mayores los casos no son frecuentes. 





EL TRATAMIENTO 

El procedimiento consta de tres partes: educación al propietario, modificación de interacción con herramientas de control, (arneses y collar de cabeza) en casos de ansiedad severa se proporcionan fármacos, “la medicación puede ser necesaria para aquellos animales con grados de ansiedad alta, pero al igual que con los humanos, el medicamento no resuelve todo y debe acompañarse de terapia, hay casos que necesitan tratamiento farmacológico de por vida especialmente, cuando el factor que desencadena la ansiedad no logra identificarse plenamente”

Tejeda añade que se requiere medicación debido a que hay “animales muy ansiosos o miedosos y cuando están así no piensan claramente”. Del mismo modo, se establecen comandos básicos como el sentado, caminar juntos y que el animal acuda cuando se le llame; cabe señalar que no es un entrenamiento, pues éste consiste en acatar órdenes: “Eso no sirve para un perro que orina en distintos lugares por ansiedad o miedo, si el entrenamiento es con base a castigos el problema puede volverse más grave, un perro puede actuar agresivamente porque es ansioso y si recibe correctivos físicos, el animal empieza a tener miedo y ataca para que no le peguen”, alerta Tejeda. Tampoco se emplean castigos, regaños o golpes, se generan recursos para promover la obediencia, para que el animal haga lo que el propietario le pide de manera adecuada. Los métodos del hospital están en contra del dolor y hacen énfasis en un trato que incluya disciplina y normas claras: “No es que no se deba ser firme, el problema con los castigos es que podemos excedernos”, precisa el clínico. 





CONSECUENCIAS DE NO ATENDER EL PROBLEMA

Itzcóatl Maldonado revela que al no haber buena comunicación, ni atender los problemas de comportamiento, los animales son maltratados, abandonados, echados a la calle, regalados o llevados a albergues. A decir del experto cuando esto sucede sólo se pasa el problema a otros y los más perjudicados son los menos culpables: “Sufren las consecuencias de un dueño que no planificó ni pensó qué temperamento quería en una mascota, con qué nivel de actividad, si puede o no prestarle atención suficiente”.

Maldonado sugiere asesorarse con un veterinario para que éste ayude a decidir cuál es la mejor especie o raza de acuerdo a las condiciones de vida, dinámica familiar y personal. De esa forma hay gran probabilidad de que el acoplamiento del nuevo integrante en la familia sea satisfactorio y traiga momentos de alegría y bienestar para ambas partes, en vez de terminar regalando al animal, abandonándolo o solicitando la eutanasia sin ninguna justificación orgánica.

Así que antes de hacer compras impulsivas, provocadas por la belleza del animal, el furor o la ternura que nos provoca, hay que informarse sobre el temperamento de la especie y pensar cuánto tiempo y cariño estamos dispuestos a proporcionarle.



HORARIOS

Martes: 10-13 hrs y 15-18 hrs
Miércoles: 10-13 hrs y 15-18 hrs
Jueves: 10 -13 hrs y 15-18 hrs
Viernes: 10-11 hrs
Previa cita a los teléfonos:
56225941 y 56225942 ext 114.



Fuentes:


Con la tecnología de Blogger.