John and George: El perro que cambió mi vida
Hace un año les compartimos la historia de James Bowen, un músico callejero de Londres ex adicto a la heroína, y Bob, un gatito que encontró perdido en la calle.
Pues ahora les tenemos una historia muy parecida, los protagonistas son John Dolan y su perro George.
John Dolan era un indigente que vivía en las calles de Londres y era adicto a la heroína. Su vida había estado plagada de abusos, delincuencia, indiferencia y tiempo en prisión.
Debido a que no pudo conseguir un trabajo por su oscuro pasado, comenzó a mendigar en las calles de Londres, pero la experiencia le parecía humillante, así que tomó papel y pluma, y comenzó a dibujar. Pasaba todos los días sentado en la calle, dibujando aquellos edificios que a menudo pasaban desapercibidos y eran ignorados por los transeúntes. Tras tres años como ilustrador callejero, logró convertirse en parte de la comunidad y en una pieza fundamental del paisaje urbano de Shoreditch High Street.
Pero su vida de adicciones cambió cuando George, un Staffordshire bull terrier, llegó a su vida y lo salvó. El can apareció en la vida de Dolan gracias a dos amigos que se lo ofrecieron a cambio de una cerveza, y que al tampoco tener hogar, tuvieron que renunciar a su perro si es que querían conseguir una vivienda social.
Es así como gracias a George, la ilusión de Dolan por seguir avanzando en el camino del arte resurgió aún con más fuerza. George se encontraba a su lado día tras día y el cariño y la amistad entre ambos suplía el vacío de soledad y tristeza de la vida en la calle. Fue así como este perrito se convirtió en su nueva inspiración y en el protagonista de sus retratos con los que, junto a los dibujos que ilustraban el paisaje urbano, pretendía reunir el dinero suficiente para volver a tener un hogar.
El giro que dió su vida
Un día, Richard Howard-Griffin, director de una galería cercana a la esquina donde solían ubicarse Dolan y George, le preguntó si quería dibujar algunos paisajes urbanos para él. Howard-Griffin tuvo la idea de invitar a otros artistas callejeros, como ROA y Thierry Noir, para que intervinieran en las ciudades repetidas, pero siempre distintas, de John. Se vendieron todas a 50.000 libras cada una, y nuevas propuestas y colaboraciones empezaron a surgir. Como muestra de gratitud hacia los animales, las ganancias de la exposición fueron donadas a las asociaciones The Big Issue Foundation y Battersea Dogs and Cats Home.
Ahora Dolan tiene una nueva exhibición en la Howard Griffin Gallery, en la que también está presentando su libro John and George: The Dog Who Changed My Life, "Era un perro muy agresivo, gruñía, perseguía a los gatos y le cansaba la gente, pero al poco tiempo comencé a entrenarlo y su personalidad cambió. Ahora es un amigo realmente agradable", dijo Dolan.
John
asegura que a veces sigue estando deprimido, que esta nueva realidad no
ha cambiado su interior, pero no siente rencor hacia su familia, aunque
ahora George sea su miembro más importante: “Si no hubiera sido por él
yo no hubiera cogido mi pluma”.
La
historia de John Dolan es un claro ejemplo de cómo un perro te puede
llegar a cambiar la vida. Gracias a su fiel compañía, Dolan es
actualmente el artista más famoso del este de Londres y ha dejado atrás
aquellos caóticos 20 años en los que su vida no seguía un rumbo
definido. Él nunca se apartará de su amigo de cuatro patas que tantos años le ha ofrecido su calor en tiempos de soledad.
Aquí puedes ver más sobre la historia de John y George.
Sin dejar de dibujar,
apoyando los folios sobre una superficie rígida, John Dolan pasa el día
sentado en la acera en High Street, en el barrio londinense de
Shoreditch, en la zona norte de la capital inglesa. No lejos de él, como
montando guardia, George —un perro de tamaño medio, robusto y con una
mancha negra en el ojo izquierdo— permanece paciente, sentado sobre la
chaqueta de su dueño y vigilando el vaso de cartón donde los peatones
echan monedas tras adquirir alguno de los dibujos.
Dolan había estado en la cárcel varias veces por delitos menores y había
vivido en la calle por temporadas los últimos 20 años, pero pasar tres
años como ilustrador callejero cambió su vida, lo convirtió en un
personaje famoso del paisaje urbano de Shoreditch: era parte del barrio,
hablaba con los viandantes sobre su vida, daba importancia en sus
dibujos a los edificios ignorados o despreciados. El otro cambio
definitivo había sido George: un animal que le proporcionó lealtad,
compañía y esperanza tras dos turbulentas décadas de soledad.
Fue sólo hace un año cuando la galería Howard Griffin de Londres se
interesó por los cada vez más depurados paisajes arquitectónicos del
autor. Le ofreció exhibir una selección de trabajos y crear obras para
la exposición en conjunto con artistas urbanos consagrados como el
británico Ian Stevenson, el español Pelucas, el alemán Flying Fortress,
los israelíes Broken Fingaz... Ahora, la Howard Griffin vuelve a reunir
el trabajo del ilustrador en John Dolan - John and George, una muestra
centrada en la historia de Dolan y su perro que se inaugurará el 17 de
julio y permanecerá en cartel hasta el 17 de agosto.
A cambio del coste de una lata de cerveza
Además de los edificios, el otro gran motivo de los dibujos siempre fue
George. Sin ser una historia más de sensiblería animalista, la
convivencia de dueño y mascota se basa en la fortaleza, en la necesidad
de estar juntos ante la marginación tanto de la persona como del animal.
Dolan retrataba a George porque era el único que estaba junto a él, día
tras día, a veces envuelto en la chaqueta por el frío, con los ojos
cerrados en duermevela, atento y silencioso ante el vaso de papel o un
sombrero.
Retrataba a George porque era el único que estaba junto a él, día tras
díaDesde que se lo ofrecieran dos sintecho a cambio del coste de una
lata de cerveza, el perro de casi siete años le había brindado una
amistad incondicional y junto a él consiguió reunir las fuerzas
necesarias para retomar el dibujo (que había dejado de lado durante
muchos años) y lograr con las humildes obras volver a tener un hogar.
"Probablemente me dibujaría a mí"
La exposición rodea al espectador de cientos de ilustraciones de George y
en esa repetición se esconde un modo de contar el tiempo: cada dibujo
marcaba el paso de un día más y la presencia del perro era, en aquellos
duros años, lo único seguro en la caótica vida del autor. Las sutiles
variaciones entre pieza y pieza documentan una relación profunda y sin
pretensiones. "Probablemente me dibujaría a mí. Me gustaría pensar que
haría también un gran trabajo", contesta convencido Dolan en una
entrevista cuando le proponen que imagine qué haría George en caso de
poder dibujar.
La presencia del perro era lo único seguro en la caótica vida del
autorComo escenario de la muestra, la galería recreará en sus
instalaciones la calle en la que pinta a diario el artista y que ha
sabido convertir en su microcosmos creativo. Además de presentar nuevos
trabajos, la muestra coincide con la publicación de la autobiografía del
ilustrador, en la que cuenta su historia de supervivencia y redención a
través del arte y que será editada este mes en inglés por Random House.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2193247/0/john-dolan-george/ilustracion-calle/exposicion/#xtor=AD-15&xts=46726
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Sin dejar de dibujar,
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sentado en la acera en High Street, en el barrio londinense de
Shoreditch, en la zona norte de la capital inglesa. No lejos de él, como
montando guardia, George —un perro de tamaño medio, robusto y con una
mancha negra en el ojo izquierdo— permanece paciente, sentado sobre la
chaqueta de su dueño y vigilando el vaso de cartón donde los peatones
echan monedas tras adquirir alguno de los dibujos.
Dolan había estado en la cárcel varias veces por delitos menores y había
vivido en la calle por temporadas los últimos 20 años, pero pasar tres
años como ilustrador callejero cambió su vida, lo convirtió en un
personaje famoso del paisaje urbano de Shoreditch: era parte del barrio,
hablaba con los viandantes sobre su vida, daba importancia en sus
dibujos a los edificios ignorados o despreciados. El otro cambio
definitivo había sido George: un animal que le proporcionó lealtad,
compañía y esperanza tras dos turbulentas décadas de soledad.
Fue sólo hace un año cuando la galería Howard Griffin de Londres se
interesó por los cada vez más depurados paisajes arquitectónicos del
autor. Le ofreció exhibir una selección de trabajos y crear obras para
la exposición en conjunto con artistas urbanos consagrados como el
británico Ian Stevenson, el español Pelucas, el alemán Flying Fortress,
los israelíes Broken Fingaz... Ahora, la Howard Griffin vuelve a reunir
el trabajo del ilustrador en John Dolan - John and George, una muestra
centrada en la historia de Dolan y su perro que se inaugurará el 17 de
julio y permanecerá en cartel hasta el 17 de agosto.
A cambio del coste de una lata de cerveza
Además de los edificios, el otro gran motivo de los dibujos siempre fue
George. Sin ser una historia más de sensiblería animalista, la
convivencia de dueño y mascota se basa en la fortaleza, en la necesidad
de estar juntos ante la marginación tanto de la persona como del animal.
Dolan retrataba a George porque era el único que estaba junto a él, día
tras día, a veces envuelto en la chaqueta por el frío, con los ojos
cerrados en duermevela, atento y silencioso ante el vaso de papel o un
sombrero.
Retrataba a George porque era el único que estaba junto a él, día tras
díaDesde que se lo ofrecieran dos sintecho a cambio del coste de una
lata de cerveza, el perro de casi siete años le había brindado una
amistad incondicional y junto a él consiguió reunir las fuerzas
necesarias para retomar el dibujo (que había dejado de lado durante
muchos años) y lograr con las humildes obras volver a tener un hogar.
"Probablemente me dibujaría a mí"
La exposición rodea al espectador de cientos de ilustraciones de George y
en esa repetición se esconde un modo de contar el tiempo: cada dibujo
marcaba el paso de un día más y la presencia del perro era, en aquellos
duros años, lo único seguro en la caótica vida del autor. Las sutiles
variaciones entre pieza y pieza documentan una relación profunda y sin
pretensiones. "Probablemente me dibujaría a mí. Me gustaría pensar que
haría también un gran trabajo", contesta convencido Dolan en una
entrevista cuando le proponen que imagine qué haría George en caso de
poder dibujar.
La presencia del perro era lo único seguro en la caótica vida del
autorComo escenario de la muestra, la galería recreará en sus
instalaciones la calle en la que pinta a diario el artista y que ha
sabido convertir en su microcosmos creativo. Además de presentar nuevos
trabajos, la muestra coincide con la publicación de la autobiografía del
ilustrador, en la que cuenta su historia de supervivencia y redención a
través del arte y que será editada este mes en inglés por Random House.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2193247/0/john-dolan-george/ilustracion-calle/exposicion/#xtor=AD-15&xts=467263
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