Matteo Walch, el encantador de marmotas

El nombre de Matteo Walch apareció por primera vez en los titulares de las medios internacionales en 2012, cuando se viralizaron unas imágenes de él conviviendo con unas marmotas en los Alpes austríacos.

Matteo vacacionaba junto con su familia en Groslockeren y allí una particular colonia de marmotas sintió un cariño muy especial por él.

Estos animalitos suelen ser tímidos con los humanos y por lo general suelen escapar al verlos, pero fue tal la relación de amistad que surgió entre Matteo y las marmotas, que sus padres decidieron volver cada año y pasar al menos dos semanas en los Alpes, para que su hijo se reencontrara con sus amigas y así fomentar la relación tan especial que mantienen.

Lo más interesante es que a pesar del tiempo, ellas no lo olvidan y siempre lo reciben de una forma cariñosa, como si fuera uno más de la colonia. Se acercan a él y se frotan contra su cuerpo para recibir las caricias de su amigo, quien juega con ellas y les da de comer.

"Matteo ama a los animales y no le tienen miedo en absoluto, porque él tiene un sentimiento hacia ellos y las marmotas lo perciben" afirma el padre de Matteo, que documenta desde hace años la relación de su hijo y las marmotas alpinas.

Matteo tenía ocho años en ese momento, ahora es ya todo un adolescente de casi 15 y todavía visita a sus curiosos amigos. Su amistad es más fuerte que nunca.

“Es bastante diferente de los otros niños. Se mueve muy lentamente y es paciente con ellos. Siempre está muy tranquilo y parece que eso les gusta (a los animales)", cuenta la madre de Matteo, Michaela, a Caters News.

Las marmotas de Groslocker son bastante populares entre los turistas, por lo que no es raro verles acercarse a los humanos con la esperanza de recibir un bocadillo o algo de comida, pero no dejan que la gente se acerque demasiado. "Con Matteo, ni siquiera necesitan una recompensa", dice la madre, simplemente se acercan a él y le dejan acariciarlos.

A pesar de que la apariencia de Matteo ha cambiado desde que comenzó a visitar a las marmotas, ellos lo reconocen instantáneamente cada vez que llega y acuden a él para saludar a un viejo amigo.